sábado, 5 de diciembre de 2009

OXIDO

13. OXIDO
En los metales en general. En primer lugar, cepille bien el objeto (especialmente las hojas de tijeras oxidadas) para quitar el óxido superficial. A continuación, frótelo con media cebolla cruda; si esto no es suficiente, sumerja el objeto en algún producto desoxidante, a base de ácido fosfórico. En cuanto el óxido se ponga negro, enjuague con agua corriente, frote con un trapo y pula el objeto para darle brillo.
En hierro forjado. Para hacer desaparecer del hierro la oxidación que en ese caso toma el nombre de herrumbre, frótese con papel de lija o con tela esmerilada y después con un trapo impregnado en petróleo dejándolo secar a continuación. Si se desea darle brillo, una vez limpio; pásele un trapo con un poco de aceite.
En la ropa. Aparte de los productos existentes en el mercado puede emplearse estas otras recetas:
—Frotar la mancha con agua a la que se ha agregado ácido sulfúrico (una cucharadita por dos litros de agua), sin olvidar todo género de precauciones, porque una salpicadura de ese ácido puede producir grandes quemaduras. Se puede utilizar guantes de hule y hacer todas las manipulaciones lejos de los niños y de los animales. Después de haber frotado sólo la mancha, se puede dejar la prenda entera toda la noche en ese baño.
Enjuagar bien posteriormente y, si es necesario, lavar normalmente.
—También puede tratar de quitar las manchas de óxido con agua oxigenada a 10 volúmenes o con jugo de limón pasando inmediatamente por encima una plancha caliente

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